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miércoles, 4 de septiembre de 2013

Viaje de ida.


                                                          Inspirada en una locura real.







Un día Juan se cansó, agarró su chaqueta polar favorita, su mochila que alguna vez usó para el colegio, la ropa necesaria para pasar unas vacaciones de 3 días, algo de comida y las ganas necesarias para conquistar a mundo. Ya estaba cansado de lo que veía todos los días, los mismos problemas, las mismas situaciones, la misma forma rutinaria de ver la vida, una y otra vez, todos los días, iguales, desechados a la basura como tiempo inservible, que solo era desperdiciado por alguien sin metas… Pero… el tenía metas?. Pues claro que si, el tenia un sueño, el, aunque la gente lo tratara de loco o de un pibe con algún tipo de discapacidad mental, tenia los huevos de un dinosaurio, que no se conformaría con un simple alimento, sino que iba por los peces más gordos del mundo.     El se convertiría <o nó> en el rey de los piratas.

 Así empezó la iniciativa de este pibe, que recién acababa de cumplir 18 años y que fue motivado por la simplicidad y la complejidad de un chiste burlón.
-Ei, tonto ¿Vos vas a ser pirata? ¡No sabes ni siquiera donde queda el norte o el sur! ¿De dónde vas a sacar un barco? ¿Del culo te lo vas a sacar?
Eso había sucedido el día anterior, y esa misma noche, Juan no pudo dormir. Estuvo pensando en esas palabras, hirientes, y ciertas, porque, al fin y al cabo, el tiempo estaba pasando, cada segundo del reloj análogo colgado en su pared , representado por una fina línea de las 60 que estaban en el interior del circulo gigante lo mataba lentamente, instante a instante. Cuando quisiera acordar, tendría 29 años y seguiría diciendo las mismas palabras de siempre “Voy a ser el rey de los piratas” y la gente, seguiría diciéndole que es un idiota o se reirían en su cara, y el, sería más viejo y no podría sentir las cosas de la misma manera que como lo haría con esta edad.  
Como por un flash, sintió la furia de mil dioses destruyendo la tierra, sintió que todo lo que quería no se cumpliría si no hacia algo rápidamente... Como por una fuerza de los dioses, que destruyen, pero que también crean cuando se sienten vacíos, Juan Cruz recibió un rayo de poder en su cuerpo. Era el momento, si no se movía en este instante, en el que tenía todas las ganas y las energías que nos brindan los temas de rock más excitantes, sino se levantaba de su cama con el envión eléctrico y despierto que podía elevarlo como un resorte y permitirle dar patadas y golpes sin sentido, si él no hacia un movimiento, posiblemente pasaría mucho tiempo hasta que ocurra nuevamente. Y así, seria nuevamente un idiota que habla sin hacer, que desperdicia cada día, mientras el reloj análogo se come su vida rápidamente.
Pero, a pesar de esto, de esta tétrica manera de ver la vida y el tiempo, en su interior, sabía QUÉ era la verdadera motivación. Su verdadera fuerza, se veía reflejada en las aventuras que iba a vivir, en los lugares que iba a visitar, en las risas que tendría con sus “nakamas”, en las divertidas peleas y en los enormes botines que encontraría enterrados en varios lugares del mundo, un mundo amplio y hermoso. En su mente se dibujaba una isla verde y amarilla, llena de peligros <Sobre todo muchas trampas> , llena de misterios ocultos y enterrados de épicas historias pasadas, mientras que el, en su barco, la observaría, colgado en alguna parte de la infraestructura de la nave, escuchando el sonido de las gaviotas mientras el sol del verano iluminaría y calentaría su cuerpo al mismo tiempo que sentiría las suaves brisas del trópico en la piel.
Si él no se movía, el jueves tendría que estar comprando la comida de la semana otra vez, en un supermercado coreano frío y lleno de gente con cara de estar enferma. El invierno estaba por llegar y el frío le daba cierta sensación de soledad que en cierta manera era real. Mañana tendría que estar calentando leche mientras miraba alguno de los 20 canales que podía ofrecerle su vieja televisión. No hablaría con nadie, y el tiempo lo hiría consumiendo otra vez hasta quien sabe cuánto tiempo.
Saltó de la cama como si fuera elástica y al darse cuenta, estaba al lado del mueble. Se rió y miró el reloj, eran las 03.36. “Si salgo a esta hora... Mejor espero y salgo a la mañana” .Y así fue. Espero unas horas, se tomo un desayuno, miro uno de los 20 canales, más específicamente, el noticiero y salió a algún lugar.

“Necesito un mar”…No pensó mucho… “Mar del plata” (Su desconocimiento de las ciudades en las que había mar era grande, por eso, pensó en lo más obvio en la inmediatez del razonamiento).

 El día estaba de no creer, el sol brillaba como mil pájaros naranjas que salían detrás de las casas de enfrente, y contrastaba un poco con el día anterior, bastante gris y lluvioso. “Chau” pensó. “Chau, algún día nos veremos” trato de transmitir telepáticamente a su padre, que estaría en algún lugar de la ciudad, y a su madre que estaba a unas cuadras de allí. No sintió ningún miedo en ese momento, tampoco mucha tristeza, el destino llamaba y la historia estaba por comenzar. Tal vez algún día vuelva con su tripulación, y su anciana madre les prepararía algo de comer. Al pensar en esto comenzó a reírse solo.

....

Caminó por la calle Justa Lima, dirigiendose al norte, aunque tenía que dirigirse al sur, ya que solo llegando a la Mitre, podría tomar ese, como punto de partida, ya que no conocia mucho la geografía de su pequeña ciudad, Zarate. Una vez llego a Mitre y Justa Lima, preguntó a un viejo señor que andaba en bicicleta como podía ir hacia su destino.
- Vas en auto? Pregunto el viejo.
- No, caminando.
- ¡¿Caminando?! Se sorprendio el anciano.
Juan Cruz lo penso un poco - Ehh, va, mochileando...
- ¡¿Hasta Mar del Plata mochileando?!
 “Este viejo es sordo” Penso el pibe -Si, hasta Mar del Plata.- dijo amablemente 
- Mirá, tenes que ir hasta la rotonda de la Lavalle ¿Sabés cuál es?
 - Si.
-  Bueno de ahi vas para el sur, como llendo para Buenos Aires. 
- Ahh, bueno. . . gracias!- Ya tenía una idea de como era el primer paso, aunque al instante se le ocurrieron otras preguntas, pero no quería molestar al viejo que ya habia retomado el viaje en su bicicleta...

 




domingo, 7 de agosto de 2011

La envidia de los Dioses

"Se dice que los dioses lo envidiaban por su perfeccion y le dieron un castigo divino". Señores, hablo de Jason Becker.


Señores, esta es la tragica historia de un hombre que fue -y será- un gran guitarrista, y un gran compositor.

Jason Becker, nació el 22 de Julio de 1969, en Estados Unidos, y con pocos años ya sentía la necesidad de tocar la guitarra, en parte gracias a que en su familia había varios guitarristas. A pesar del grado de virtuosismo que llegó a alcanzar, Jason aprendió de oído y por su cuenta, inspirándose en leyendas de la guitarra y grupos de dicha época.

En plena adolescencia, conoció a Marty Friedman, y se unieron en “Cacophony“, grupo de metal técnico y exótico, en el cual logran una sincronización perfecta entre los dos, regalándonos dos discos de auténtico culto. Por supuesto, cabe destacar su primer disco en solitario, “Perpetual Burn”, obra imprescindible en la colección de un guitarrista, mezcla perfecta de influencias orientales, neoclásicas y metal.

Gracias a su impresionante carrera, logra ingresar en la banda de David Lee Roth, lo que le abre las puertas de la fama (hay que recordar que entro a la banda para sustituir al mismísimo Steve Vai)…

1989 fue el año fatídico para Jason, le fue diagnosticada la enfermedad degenerativa “Esclerosis lateral amiotrófica”, la misma que sufre Stephen Hawking.

La esclerosis lateral amiotrófica es una enfermedad degenerativa de tipo neuromuscular, por la cual las motoneuronas disminuyen gradualmente su funcionamiento y mueren, provocando una parálisis muscular progresiva (de pronóstico mortal) que se acompaña de una exaltación de los reflejos tendinosos (resultado de la pérdida de los controles musculares inhibitorios).

Wikipedia

A partir de este momento, progresivamente su cuerpo pierde movilidad, hasta llegar al punto de solamente poder mover sus ojos, los cuales utiliza tanto para comunicarse con su familia, como para componer su disco “Perspective“, el cual, excepto un tema rescatado de sus maquetas, está compuesto con su ordenador e interpretado a la guitarra por Michael Lee Firkins y una orquesta.

Posteriormente Jason ha lanzado dos discos más, “Raspberry Jams” y “Blackberry Jams“, donde podemos encontrar canciones inéditas, demos, rarezas e improvisaciones.

Actualmente vive sentado en su silla de ruedas, junto a su familia, y con la única posibilidad de comunicarse con la movilidad de sus ojos.

Jason Becker, es un ejemplo a seguir de superación. Sus ganas de vivir, ilusión por la vida, el amor a su familia y la música, a permitido que a pesar de que los médicos solamente le daban 3 años de vida, Jason lleve ya 18 años luchando contra su enfermedad, se ha convertido en una leyenda en vida.

Podéis ver un resumen de la historia de su vida en el vídeo “The Legendary Guitar of Jason Becker”




Algunos videos: